Algo más sobre planeación flexible
A principios de año publiqué un artículo que ha registrado muchas lecturas y muy buenos comentarios. Me refiero al que titulé "¿Planeación Estratégica de la Ciudad? Sí, claro, ¡pero flexible!".
Hoy voy a avanzar en aquella idea de la planeación flexible para ciudades intermedias y os voy a proponer un esquema para sistematizar esa planeación flexible de la que hablaba entonces.
Planteamiento inicial
Dejadme recordar, para los que no tengáis fresco aquel artículo, que mi propuesta consiste en reformular los tradicionales Planes Estratégicos a partir de dar un primer paso que es el Plan de
Un taller participativoFuturo.
El Plan de Futuro es un documento breve, que debe ser definido conjuntamente por los 4 sectores de la sociedad local -Administración, Academia, Empresa y Sociedad Civil-, que viene a definir la visión de largo plazo de la ciudad, las apuestas estratégicas de la ciudad para hacerla realidad, los criterios bajo los que deben definirse el conjunto de políticas locales sectoriales y una propuesta de proyectos clave, imprescindibles para construir ese futuro que se ha puesto como objetivo de ciudad.
De esta forma, el nuevo Plan Estratégico, estaría constituído por un primer capítulo, el Plan de Futuro de la Ciudad seguido de los distintos apartados sectoriales que definirán el detalle de los programas, proyectos y actuaciones a llevar a cabo en cada uno de los ámbitos de la ciudad.
Los requisitos
La flexibilidad de la planeación demanda que estos planes sean adaptables en función de los cambios que se produzcan, tanto en las condiciones de entorno de la ciudad, del país y del mundo, como en la realidad interna de la propia ciudad.
Otro requisito para que la ciudad mantenga el rumbo de sus políticas estratégicas a lo largo de los años, es que la definición de esas políticas se haya producido conjuntamente entre los actores locales -Administración, Academia, Empresa y Sociedad Civil- y que también las distintas fuerzas políticas locales hayan acordado que éste es un proyecto de ciudad y que, por lo tanto, lo van a dejar fuera de la lucha política.
Además, las distintas fuerzas políticas necesitan tener la tranquilidad de que, en el momento en que lleguen al gobierno, esa estrategia de ciudad, que ellos comparten, no va a limitar su capacidad de toma de decisiones. Esto es, habiendo pactado los objetivos de largo plazo no solo entre los distintos actores locales sino también entre las diversas fuerzas políticas, los políticos necesitan la tranquilidad
(plataformaurbana.cl)de saber que van a tener libertad para gobernar y tomar decisiones aún manteniendo los objetivos de ciudad.
Como me decía un Alcalde recientemente, si el Plan Estratégico recoge que la ciudad necesita construir un Palacio de Congresos, la fuerza política en el gobierno en el momento de la construcción podrá decidir si lo construye exclusivamente con inversión pública o si incorpora inversión privada a cambio de algún tipo de contrato de concesión administrativa. Si os interesa descubrir distintos tipos de Proyectos Público Privados, os sugiero consultar este artículo.
A partir de estos requisitos, me permito esbozar la siguiente propuesta de reforma de los Planes Estratégicos Locales.
La propuesta
En el momento en que empezamos a hablar de Planeación Estratégica Flexible, lo que estamos diciendo es que abandonamos la mecánica tradicional de definición de un nuevo Plan Estratégico cada 10 años (aproximadamente). Y, sin duda, eso nos obliga a proponer un esquema distinto para asegurar que podremos disponer en todo momento de una planeación actualizada. Por ello sería bueno pactar también, dentro del Plan de Futuro, el mecanismo a utilizar para la revisión periódica del Plan Estratégico.
Lo que os propongo a continuación es una sistematización de la revisión de los Planes Estratégicos basada en 2 momentos:
1. la definición del Plan de Futuro (a 10, 20 o 30 años vista)
2. la definición del Plan de Actuación según los objetivos y criterios establecidos por el Plan de Futuro (a 3, 4 o 5 años vista)
Una feria-exposición
El proceso se inicia con la Fase 1. Tras la finalización de la Fase 1 (definición del Plan de Futuro), se lleva a cabo, inmediatamente, la Fase 2. La realización de esas dos fases consecutivas puede requerir un trabajo de 1 año a 1 año y medio.
Con esto, tenemos un plan Estratégico constituído por un Plan de Futuro a largo plazo y un Plan de actuación para 3, 4 o 5 años. Al cabo de esos 3, 4 o 5 años, entraremos en una fase en la que, en primer lugar, revisaremos 1) la situación actual, 2) el camino avanzado, 3) el que queda por recorrer y, a continuación, definiremos el nuevo Plan de Actuación para los 3, 4 o 5 años siguientes.
Esta mecánica tiene una ventaja adicional a la de adaptar el Plan Estratégico a los cambios que se van produciendo con los años. También es fácilmente adaptable a los ciclos electorales municipales de cada país. Ello permitirá que los gobiernos locales, aun cuando cambien de color, puedan compartir los objetivos de largo plazo para su ciudad pero conservando la libertad de fijar, en sus mandatos, sus propias prioridades y formas de implementación.
El acordar esta dinámica de revisión y actualización de los Planes Locales desde el principio es una garantía adicional para el compromiso de las distintas fuerzas políticas con los objetivos de ciudad.