¿Para definir el futuro de la ciudad, mejor partir de sus problemas o de sus activos?
La pregunta se refiere a cuál debe ser el punto de partida para definir el Plan de Futuro de la ciudad.
En mi metodología para definir el Plan de Futuro de la ciudad, el primer paso consiste en identificar los activos diferenciadores con los que cuenta el territorio del que deseamos impulsar el desarrollo.
En el reciente trabajo estratégico que estaba llevando a cabo para una de mis ciudades clientes, uno de los actores participantes me dijo que le parecía que, para trazar su plan de desarrollo, era importante tener en cuenta no solo los principales activos de la ciudad sino también los principales problemas o carencias de la ciudad .
Gestionar el futuro de la ciudad (anagam.com)
En aquel momento, reconozco que me costó argumentar mi posición de forma convincente. Ahora, unos meses más tarde y después de varias experiencias prácticas más, he podido reflexionar bastante sobre ello de forma que puedo daros la
razón por la que, para definir un buen Plan de Futuro de un territorio, conviene centrarse, exclusivamente, en los activos.
Gestionar el día a día y gestionar el futuro, la doble misión de las autoridades territoriales
La idea que expresa el título de este apartado lleva tiempo incorporada a mis presentaciones y, sin embargo, acabo de descubrir que no he escrito ningún artículo sobre ella. Por eso voy a aprovechar esta oportunidad para describirosla brevemente. ¡Allá voy!
De las autoridades de cualquier territorio, la ciudadanía tiene derecho a esperar que asuman dos responsabilidades complementarias. La primera de ellas es:
la gestión del día a día que corresponde a que la ciudad esté operativa día a día. Es decir, que las calles estén limpias, que se recoja la basura, que haya agua en las casas, que haya alcantarillado y las aguas servidas se depuren, que las calles sean seguras y estén iluminadas, que la movilidad esté gestionada y que la recaudación fiscal sea suficiente para atender a las necesidades del municipio.
como podéis comprobar, se trata de una gestión técnica, profesional, en la que los políticos tienen la responsabilidad de aprobar los presupuestos pero serán los especialistas de cada ámbito quienes harán que esa ciudad sea más o menos operativa.
La otra gestión que los ciudadanos deben esperar de sus autoridades locales es:
la gestión del futuro y se refiere a pensar el futuro de la ciudad a largo plazo. Se trata de impulsar y transformar la ciudad hacia el futuro. El objetivo es transformar la ciudad en un referente nacional/internacional en un determinado aspecto en el que la ciudad deberá ser excelente. De esta forma la ciudad atraerá talento, empresas, conocimiento y/o turismo. Para recorrer todo el camino hasta ese punto, se requiere de la definición de una visión de futuro que sea compartida por la ciudadanía.
Obviamente, es responsabilidad de los políticos convocar a sus conciudadanos a definir, conjuntamente, el futuro al que va a aspirar su ciudad (y ahí está, precisamente, mi rol profesional al acompañar a las autoridades territoriales en ese proceso).
Activos y carencias en la planificación de los territorios
A partir de la simple idea de la dualidad gestionar el presente vs. gestionar el futuro, ya queda mucho más claro el rol de los activos y dónde entran en juego las carencias.
Asentamientos informales, carencias en una ciudad
Para definir el futuro al que aspira la ciudad, debemos apoyarnos en sus activos. Es decir, en todo aquello que nos va a permitir construir una ciudad mejor, más potente, excelente y bien diferenciada de las demás. Será sobre los activos, aquellos aspectos en los que ya somos "buenos" hoy o en los que tenemos ventajas frente a otras ciudades sobre lo que construyamos ese futuro de progreso.
¿Y qué ocurre con las carencias? ¿Que no tenemos un sistema completo y eficaz de alcantarillado? ¿Necesitamos mejorar nuestro sistema local de recaudación fiscal? ¿Nuestra planificación urbana no identifica ni protege adecuadamente los espacios públicos o de servicios? ¿No disponemos aún de un sistema de recogida de residuos urbanos con selección y reciclaje?
Para proyectarse al futuro con éxito, nuestra ciudad va a necesitar tener todos estos asuntos resueltos. Por supuesto. Difícilmente atraeremos talento si nuestras calles están sucias están poco iluminadas o no son seguras. Menos aún podremos atraer turistas si ésa fuera nuestra apuesta para la ciudad.
¿Y entonces?
Entonces, regresemos al punto inicial del artículo. Dos responsabilidades para las autoridades locales: gestionar el presente, el día a día, y gestionar el futuro. Y ahora añado una tercera idea: ambas responsabilidades van, forzosamente de la mano. En efecto:
Para proyectar la ciudad hacia el futuro vamos a necesitar, además de la ilusión y la motivación de los actores locales, también unos servicios ciudadanos homologables a los de aquellas ciudades con las que deseamos compararnos. Por eso, además de impulsar los proyectos de transformación de la ciudad, es imprescindible también desarrollar los servicios básicos de cualquier ciudad.
Si, al contrario, decidiéramos limitarnos a desarrollar proyectos de infraestructura, puramente técnicos y funcionales, tampoco podríamos tener una ciudad vibrante y dinámica al no ofrecer a los ciudadanos una propuesta ilusionante, además de que será muy difícil conseguir financiamiento para los proyectos básicos si la ciudad no es próspera y competitiva.
La conclusión es que necesitamos desarrollar ambos aspectos de la ciudad en paralelo: construir el nuevo potencial de la ciudad y su proyección exterior a partir de sus activos diferenciadores, además de mejorar sus servicios básicos para garantizar una buena calidad de vida a todos sus conciudadanos.
Por lo tanto, se trata de dos aspectos complementarios de la ciudad que se necesitan mutuamente para construir una ciudad especial:
que sea referente nacional y/o internacionalmente por ser excelente (en su producción de cacao fino, su maquinaria agrícola especializada, su oferta turística o...) y
que ofrece una elevada calidad de vida a sus conciudadanos al disfrutar de un conjunto de servicios públicos de calidad.
¿Cómo se conjugan ambos aspectos en un Plan Estratégico?
Basura en la calle, carencias en una ciudad
Para los que me seguís desde hace tiempo, la respuesta es clara: Un Plan Estratégico Local/Territorial tiene dos partes:
Su primer capítulo es el Plan de Futuro y en él los actores locales definen cuál es el futuro deseado para su ciudad, cuáles son sus apuestas para la excelencia, cuáles los proyectos clave a desarrollar y cuál, la estructura mixta de gobernanza que va a dirigir y coordinar el despliegue de ese plan de desarrollo.
A continuación, siguen el resto de capítulos tradicionales de una Plan Estratégico: urbanístico, ambiental, desarrollo productivo, cohesión social... Con la importante particularidad de que todos ellos deberán definirse con un mismo norte a alcanzar basándose en los criterios definidos por el Plan de Futuro.
Por fin, ¿qué ocurre con los activos y las carencias?
Las carencias, por lo tanto, deben ser resueltas y eliminadas. Obviamente.
Pero no es de ellas de las que debemos partir para pensar el futuro que deseamos.
Al contrario, debemos empezar por definir el futuro deseado a largo plazo para la ciudad y eso únicamente podemos hacerlo a partir de los activos diferenciadores (los que diferencian positivamente a nuestra ciudad de las demás).
Una vez definido el futuro deseado en el Plan de Futuro, podremos pasar a definir cada uno de los capítulos sectoriales a partir de los objetivos de futuro de la ciudad. Y ahí será donde, entre otros aspectos, deberemos incorporar la resolución de las carencias de la ciudad.