¿Cómo levantar tu ciudad tras la pandemia?
En estos días de expansión descontrolada del virus en el mundo y cuando China ha dado por finalizada su alerta, aparecen artículos de prospectiva sobre la post-pandemia en múltiples medios; artículos que están a cargo tanto de grandes consultoras internacionales como de think tanks y de pensadores individuales de prestigio. Todos intentan imaginar cómo será nuestro mundo mañana, en julio, en agosto o el año que viene. Imaginan lo que habrá cambiado y cómo cambiará nuestra vida o, incluso, la gobernanza mundial.
En nuestras ciudades y regiones, mientras tanto, la primera prioridad en estos momentos es la de
atender a la lucha contra el virus y a la protección de sus ciudadanos. No obstante, no todos los recursos municipales están dedicados a esas funciones. Y, sin duda, cada municipalidad dispone de personas que pueda ponerse a preparar el momento post-virus. A esas personas, además de a las máximas autoridades locales y a sus colaboradores más próximos es a quien está destinado este artículo.
Lo que les propongo a todos ellos en este artículo es tocar con los pies en el suelo, es decir, con los pies en la ciudad, y dar respuesta a la pregunta que cualquier Alcaldesa y Alcalde debe estar haciéndose en estos días: ¿cómo vamos a levantar esto una vez haya pasado el virus?
Para hacerlo, voy a seguir el siguiente índice:
La situación post-virus de nuestra ciudad
Repensar nuestra ciudad
¿Qué nos va a aportar esa revisión del futuro de nuestra ciudad?
¿Qué requisitos debe cumplir esa visión de futuro para generar esos efectos?
¿Cómo definir ese Plan de Futuro para que sea eficaz?
¿Cómo hacerlo? ¿Qué vamos a necesitar? ¿Es muy costoso?
¿Y Qué sigue a la definición del Plan de Futuro?
Un par de comentarios para finalizar
1. La situación post-virus de nuestra ciudad
Al final de la pandemia, las ciudades -y cuando digo las ciudades me refiero a sus ciudadanos, empresas e instituciones- se encontrarán paradas, sin recursos, con muchos desempleados, endeudadas, escasas de servicios y con el ánimo bajo por la pérdida de seres queridos.
Pero, a la vez, se encontrarán, como nos pasa a todos los humanos tras superar una enfermedad, con hambre de futuro, con muchas ganas de recuperar el tiempo perdido y con ganas de retornar cuanto antes a una cierta normalidad. Y, para eso, cada ciudad va a necesitar a quien la guíe.
En estas circunstancias, habrá ciudades que se recuperen más rápido que otras. Unas serán capaces de reponerse en cuestión de pocos meses mientras otras tardarán, probablemente, años, y también habrá otras que no logren recuperar nunca la situación previa a la pandemia.
Las que, de antemano, sufrían una despoblación progresiva por efecto de la migración de su población más joven hacia otros centros de actividad más dinámicos, corren el riesgo de encontrarse con una acelerón en ese proceso de empobrecimiento y de “adelgazamiento” de su capital humano.
¿Se puede hacer algo ante esta realidad? ¿Pueden las ciudades, una vez acaben las limitaciones impuestas por la situación de emergencia, acelerar el restablecimiento de su ritmo vital? ¿Pueden, aquellas más dinámicas, aprovechar este parón obligado del mundo para relanzarse con mayor ímpetu? ¿Pueden las que estaban en proceso de pérdida de influencia conseguir resurgir tras la pandemia?
La respuesta a todas estas preguntas es SÍ. Pero, para ello, debemos tomar conciencia de dos realidades simultáneas que van a influir decisivamente en cualquier proceso de recuperación local:
1) El factor humano, ese que habrá sido fundamental para superar la pandemia (la lucha de tanto personal sanitario, de seguridad, de la cadena agroalimentaria,.....y del conjunto de ciudadanos respetando las medidas de confinamiento). Ese factor humano es también el que tiene la capacidad de recuperar el pulso de la ciudad. Por eso, lo más importante que debemos conseguir va a ser rearmar la moral de nuestros conciudadanos.
2) Por otro lado, todos empezamos a tener conciencia de que la pandemia pone punto final a un mundo y abre la puerta a un mundo nuevo. Un mundo nuevo que va a construirse, sobre todo, desde las ciudades y en el que conceptos como colaboración entre actores, participación ciudadana, descentralización regional y local, equilibrio rural-urbano, igualdad de género, innovación, tecnología, autonomía productiva de los países y otros van a tener una importancia mucho mayor que la que tenían anteriormente.
Como primeras conclusiones de todo ello, podemos decir que no es posible evitar el parón que está significando la pandemia pero:
sí es posible acelerar la reactivación y, además,
esta es una oportunidad inmejorable para impulsar una reactivación que la ciudad, en muchos casos, estaba necesitando ya antes de la crisis. Y es así porque, para conseguirlo, será imprescindible poner en juego el mayor potencial de cualquier territorio: la fuerza de su gente y de sus actores locales, una fuerza que tras la lucha contra la pandemia, puede ser muy sensible a la necesidad de actuar juntos para relanzar su ciudad
unas ciudades tardarán más en salir de la postración, otras tardarán menos
aquellas que sepan movilizar al conjunto de su tejido social y económico serán las que saldrán rápidamente de la crisis y se convertirán en estandartes de sus territorios
por último, la pandemia ofrece una oportunidad de relanzamiento a aquellas ciudades que necesiten un nuevo empuje para ofrecer perspectivas de futuro a sus ciudadanos.
En consecuencia, cada Gobierno Municipal puede optar por dejar que su ciudad se vaya reponiendo sola, con el esfuerzo de sus ciudadanos, empresas e instituciones, o puede optar por dotar esta recuperación de mucha más fuerza poniéndose al frente de la misma para liderarla.
2. Repensar nuestra ciudad
Para aquellas municipalidades que opten por liderar el relanzamiento de sus ciudades, diré que las dos realidades que he enunciado -la necesidad de rearmar la moral de nuestros conciudadanos y la conciencia de que estamos entrando en un mundo nuevo- confluyen en una misma idea: la necesidad de repensar el futuro de nuestra ciudad.
Por un lado, porque el ejercicio de construcción de una nueva visión del futuro de nuestra ciudad va a servir para reanimar, primero, y galvanizar, después, al conjunto de los actores locales y de los ciudadanos.
Por otro, porque realizar ahora ese ejercicio aportará al planteamiento de futuro de la ciudad, unos matices sin duda distintos a los que tendríamos en cuenta de haberlo hecho antes de la pandemia. He citado ya en un párrafo anterior algunos de esos cambios y, sin duda, los ODS -Objetivos de Desarrollo Sostenible- serán ahora tomados mucho más en serio como síntesis de los fundamentos de la nueva ciudad.
3. ¿Qué nos va a aportar esa revisión del futuro de nuestra ciudad?
Creo que se pueden apuntar las siguientes realidades:
una nueva visión de futuro de nuestra ciudad
esa nueva visión va a generar una nueva ilusión en la ciudadanía al proponerle una realidad atractiva del futuro de su ciudad
esa nueva visión, además, va a servir para orientar el conjunto de las políticas locales a partir de ese momento
va a ser una visión compartida por todos los actores locales puesto que nos aseguraremos de que su definición sea generada con todos ellos
esa visión no solo va a ser compartida por todos los actores locales sino que también va a conseguir implicarlos a todos en su construcción para hacerla realidad. Es decir, conseguiremos sumar esfuerzos y generar sinergias gracias a ella.
una vez que la ciudad inicie la construcción de ese nuevo futuro, irá siendo más y más atractiva para que actores foráneos vengan a la ciudad ya sea por negocios, por estudios, por turismo,....
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4. ¿Qué requisitos debe cumplir esa visión de futuro para generar esos efectos?
el proceso de definición de la visión de futuro debe partir de los activos propios de la ciudad
debe aportar una visión innovadora para el futuro de la ciudad
la visión deberá ser diferenciadora de las demás ciudades
deberá apostar por una singularidad estratégica de la ciudad que le permita alcanzar la excelencia en ese aspecto singular concreto
debe ir acompañada de una(s) apuesta(s) estratégica(s), de unos proyectos clave y de una estructura mixta de gobernanza del proceso de recuperación, para conformar así un paquete al que llamaremos Plan de Futuro.
5. ¿Cómo definir ese Plan de Futuro para que sea eficaz?
Esa definición, debe realizarse entre todos los actores locales
Obviamente, debe ser consensuada entre todos ellos
Debe ser definida por el talento local.
Es decir, habrá que seleccionar personas, representativas de todos los ámbitos ciudadanos y que tengan la capacidad y el interés de pensar en el progreso de su ciudad (por encima de los legítimos intereses que cada persona sin duda tendrá ya sea por su género, entorno profesional, social, de etnia, religión o barrio).
Para definir cada uno de esos elementos debe utilizarse con ese grupo de personas una metodología cíclica de propuesta, debate y consenso
Ese Plan de Futuro, una vez definido por el talento local, deberá compartirse con el conjunto de la ciudadanía quien podrá enriquecerlo con sus aportaciones.
6. ¿Cómo hacerlo? ¿Qué vamos a necesitar? ¿Es muy costoso?
El primer paso sería crear una célula municipal para el relanzamiento de la ciudad. Es decir, encargar a 2, 3 o 4 personas, idealmente de departamentos complementarios, que empiecen a pensar sobre cómo volver a poner la ciudad sobre sus nuevos carriles y a preparar la etapa post-pandemia.
En lo que respecta al proceso de definición del Plan de Futuro, me permito aportarles a estas células algunas ideas acerca del camino a seguir:
La definición de este nuevo Plan de Futuro de la Ciudad es un proceso rápido y poco costoso.
En efecto, lo definirá, en solo 3 días, un grupo de 40 ciudadanos seleccionados representativos de la ciudadanía bajo la dirección de un dinamizador especializado (tras un proceso previo de selección cuidadosa de estos ciudadanos de acuerdo con el conjunto de actores de la ciudad).
¿Por qué hacerlo así? Por qué no debe definirlo la Municipalidad o los empresarios o la universidad o un consultor experto?
porque es vital que el proyecto definido MOVILICE, desde el primer momento al conjunto de la ciudad: su ciudadanía y sus instituciones
para conseguir esa movilización, es imprescindible que todo el mundo CREA en ese proyecto y LO ASUMA COMO PROPIO
y eso solo puede ocurrir si el Plan de Futuro es definido conjuntamente por todos los actores locales
Lo que les propongo, en definitiva, es que la ciudad defina, en solo 3 días, el proyecto más potente que haya tenido jamás
7. ¿Y qué sigue a la definición del Plan de Futuro?
Obviamente, hay que organizar su despliegue y, puesto que implica a todos los actores locales,
vamos a necesitar disponer de una organización mixta para coordinar ese proceso (si ya disponemos de una agencia de desarrollo, consorcio o similar, quizá podamos aprovecharla). Es decir, una organización, presidida por el Alcalde o Alcaldesa, en la que estén representados todos los sectores de la ciudad.
esa Agencia tendrá que llevar a cabo tres cometidos en paralelo:
coordinar la implementación de aquellos proyectos del Plan de Futuro que puedan ser de ejecución inmediata por cualquiera de los actores locales
poner en marcha la definición de detalle de los proyectos del Plan de Futuro por ámbitos (ambiental, social, económico, urbanístico, educativo, patrimonial, etc.) según se considere necesario
buscar recursos, locales y externos, para el despliegue del Plan
en efecto, el proyecto de futuro, al haber sido definido y consensuado por el conjunto de actores locales
será realista, es decir, realizable
constará de proyectos diversos impulsados por distintos actores locales
en buena parte podrá ser puesto en práctica con los recursos locales
algunos grandes proyectos requerirán de respaldo exterior (nacional o internacional)....
....un respaldo que será mucho más sencillo conseguir gracias a la unidad de los actores locales que estarán efectuando las demandas
Sugiero la lectura de los tres artículos siguientes para ampliar información y para ayudar a centrar bien el tema:
Y, por supuesto, estoy a vuestra disposición si deseáis comentar la situación particular de vuestra ciudad o región ya sea mediante skype (alain.jorda) o bien mandándome un correo a esta dirección.
8. Un par de comentarios para finalizar
El momento post-pandemia es oportuno para poner en marcha este proceso por una razón adicional de tipo operativo: los sufrimientos y el miedo compartidos por los ciudadanos durante la pandemia así como su nivel de sensibilidad frente a la actuación de sus líderes, sin duda hacen de este un momento muy favorable para conseguir la implicación del conjunto de actores locales en un proceso en favor del conjunto de la ciudad.
Finalmente, este artículo no pretende ser definitivo puesto que, de cada territorio, saldrán muchas más ideas, recursos y posibilidades. Pero sí pretende dibujar una luz al final del túnel, abrir perspectivas positivas y poner a disposición los cimientos de ese futuro que, creo firmemente, será mucho mejor que la realidad que hemos conocido hasta ahora.