Criterios para una estrategia territorial
Ya describí anteriormente los elementos que deben constituir una estrategia territorial para que pueda convertirse en una realidad.
Conviene, además, seguir unos criterios, unas características imprescindibles para conseguir que la estrategia que vamos a definir sea útil y viable y pueda alcanzar sus objetivos. Os propongo los siguientes aunque, sin duda, puede haber otros:
la diferenciación (de los demás territorios)
apostar por una especialización concreta del territorio; no, por todas
el reto, la meta para motivar a la población local
debe ser posible
debe ser una estrategia del territorio para el territorio
su definición debe ser participativa
partir de los recursos propios del territorio
Vamos a repasarlos brevemente puesto que la mayoría de ellos son muy explícitos.
Diferenciarse. La estrategia territorial debe ser diferenciadora. Eso significa que debe ser distinta de la de otros territorios. Se trata de ser diferente a otros lugares para tener nuestra propia identidad. Se entiende que hay que ser positivamente diferente. Es decir, ser mejores que otros lugares en un aspecto concreto. Con ello conseguiremos ser atractivos por aquello que nos diferencia (sea una industria, una producción agropecuaria, una tradición cultural o determinados servicios (ya sean sanitarios, tecnológicos, educativos o cualesquiera otros)) y reconocidos por ello en el exterior.
Es por eso que una frase como "ciudad referente en sostenibilidad y cohesión social" no describe ninguna estrategia. Muchas ciudades del mundo, por no decir, todas, aspiran a eso mismo. En sí misma, esa frase no representa una estrategia puesto que no puede diferenciar a la ciudad.
Un requisito para alcanzar la mencionada diferenciación es la necesidad de apostar por una especialización concreta del territorio. No podemos ser la mejor ciudad en todo. Por eso hay que priorizar y dedicar los recursos a una línea concreta de especialización. Si queremos destacar y, con ello, atraer actividad y talento, debemos ser mejores que otros territorios en el ámbito escogido y, a la vez, parece obvio que no es posible ser buenos en todo. Tal como reza el dicho popular, "quien mucho abarca, poco aprieta". Por eso debemos definir una -1- especialización concreta y diferenciadora a la que dedicaremos nuestros recursos y esfuerzos y que guiará nuestra decisiones. Ello no nos impide poder tener, en algunos casos, una subespecialización complementaria.
El reto La estrategia debe representar un reto, una meta que el territorio se plantea y que es capaz de movilizar a los actores y a la población local para conseguirlo. Debe significar, por lo tanto, un estado mejor del actual que el territorio se compromete a alcanzar mediante un plan de actuación y su despliegue durante los próximos años. Para que el reto resulte motivador para los habitantes de ese territorio, deben poder entender lo que se propone, valorarlo, compartirlo e implicarse en ello.
Para que esa estrategia sea un reto, debe ser también posible. Si la propuesta es irreal, nadie la considerará posible y, por lo tanto, nadie se implicará en su consecución.
Debe ser, no solo una estrategia para el territorio, es decir, una estrategia que guíe al territorio en sus decisiones, sino que debe ser también una estrategia del territorio, es decir, una estrategia en la que se impliquen todos los actores locales. Esto es, el territorio solo avanzará guiado por esa estrategia si todos sus actores colaboran en avanzar en la dirección marcada. Las empresas deben apostar por las prioridades fijadas por la estrategia, lo mismo que la academia y los centros de conocimiento así como las organizaciones sociales. Para asegurarnos de tener una estrategia del territorio......
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.....necesitaremos definirla de forma participativa. Es decir que la estrategia deben definirla, conjuntamente, los actores locales que van a tener que impulsarla y llevarla a cabo. No la puede marcar ninguna autoridad local, por eminente que sea, ni puede definirla ningún experto -economista, urbanista, etc.- ya sea local o foráneo.
Además, debe construirse a partir de los recursos propios del territorio en el que estemos trabajando. Los factores que pueden hacer más próspero el territorio, con toda probabilidad, están ya en el territorio y es a partir de ellos como vamos a poder crear un nuevo desarrollo. Puede tratarse de una producción agropecuaria de la que tenemos tradición o de la capacitación específica de nuestra población, de unos paisajes idílicos o de nuestra reconocida trayectoria de vida cultural intensa. En cualquier caso, éstos son los valores sobre los que podemos construir nuevos proyectos para un nuevo futuro. Quien intente crear algo de la nada, va hacia el fracaso.
Valga como ilustración la afirmación de que puede tener mucho sentido apostar por la innovación para desarrollar nuevos usos de un cultivo tradicional de nuestra tierra, mientras no lo tiene apostar por aplicaciones médicas de la nanotecnología si no tenemos una medicina destacada ni centros de investigación en nanotecnología.
Permitidme una última reflexión para llamar vuestra atención sobre el hecho de que todos estos criterios tanto valen para una estrategia de especialización territorial basada en la investigación y la innovación como para una comunidad rural.
Hasta aquí mi lista de criterios. Sin duda puede haber alguno más y te invito, lector, a aportar aquellos que consideres que pueden completar la lista. Muchas gracias.