Desarrollo Local, Perú y comarcas mineras de España
Un extenso reportaje publicado en El País el pasado domingo sobre la situación de las antiguas comarcas mineras de España junto a diversas experiencias de mi reciente estancia en Perú me hacen regresar a los factores imprescindibles para el Desarrollo Económico de los territorios.
El reportaje de El Pais se refiere a la ingente cantidad de dinero (22.000 millones de euros desde 1990) que se ha destinado a las comarcas mineras españolas en declive. El objetivo, dotarlas de nuevas posibilidades de desarrollo económico para compensar su decreciente actividad minera. El empleo minero en esas zonas se ha reducido ya, hasta el 95% y, a pesar de esta situación dramática y de los miles de millones volcados en esos territorios, los resultados son prácticamente inexistentes. Polígonos industriales vacíos, incubadoras de empresas deshabitadas, trenes turísticos que no funcionan,..........
Hablando ahora del Perú, el dato que más me impactó de todos cuanto escuché en el país fue el 60% que el Gobierno Nacional recuperó, a finales de 2012, de los fondos asignados a municipalidades y regiones para desarrollar inversiones. Es decir, el Estado otorga fondos a las administraciones regionales y locales para que lo inviertan en mejoras (carreteras, escuelas, hospitales, etc.) y esas administraciones no los pueden gastar.
Por último, un representante destacado de la administración local peruana me contó, en una conversación privada, que, quien pretendiera vender a una administración local peruana, debía hacer todo el trabajo: desde la elaboración del proyecto, su adecuación a la reglamentación nacional e incluso, añadió con un toque de ironía, llevar el decreto preparado para su firma.
Los dos apuntes que he hecho sobre el Perú confluyen en la misma realidad: una gran debilidad de la administración local y regional. La incapacidad de las administraciones locales y regionales para diseñar y elaborar los proyectos que necesitan sus territorios impide que el país pueda desarrollar el potencial que atesora en cada una de sus ciudades y regiones.
España choca con el mismo problema y ha sido incapaz de desarrollar economías locales suficientes en sus zonas mineras en declive a pesar de las ingentes cantidades económicas inyectadas por las administraciones superiores. Perú no consigue desarrollar su economía a lo largo y ancho de su territorio a pesar de dedicar grandes cantidades de dinero a ello. Me parece obvio que, en ambos casos, la explicación radica en la incapacidad de los distintos territorios para diseñar y desarrollar una políticas propias de Desarrollo Económico LOCAL.
Podemos sacar varias conclusiones de esos hechos.
1) El dinero es totalmente insuficiente para desarrollar económicamente un territorio.
2) Se necesita una estructura de la administración pública suficientemente robusta (en cantidad y en formación de las personas) para poder elaborar proyectos, su contratación y su seguimiento. El dotar a los territorios de esa estructura administrativa es, en buena parte, una responsabilidad de las administraciones nacionales pero también de las regionales y locales.
3) Se necesita la implicación de la sociedad de cada territorio para decidir hacia dónde apuesta el territorio por aplicar sus esfuerzos. Porque es el conjunto del territorio quien debe apostar por avanzar hacia una misma línea de trabajo y desarrollo.
4) Se necesita un liderazgo político capaz de estimular al territorio y llevar a cabo los proyectos que acuerde.
5) Por último, y sólo por último, se necesitarán recursos económicos para llevar a cabo los proyectos definidos.
Aunque el orden para la movilización de estos elementos tenga que ser en sentido inverso al que he contado. Idealmente, es un liderazgo político el que debe arrastrar a una ciudad a imaginar su futuro movilizando a la sociedad, utilizando los recursos técnicos de su administración y aplicando los recursos económicos de que pueda disponer.
Únicamente cuando un territorio sea capaz de poner en juego todos los recursos necesarios será capaz también de desarrollar una política de desarrollo económico con garantías de éxito.
Un último detalle es que el dinero es necesario únicamente una vez que los demás recursos locales han empezado a caminar y han definido cuáles son las vías que van a adoptar para mejorar su desarrollo. Con ello quiero decir que la falta de recursos económicos no es motivo ni justificación para no empezar el camino hacia el desarrollo.