¿Desarrollo Local? ¡Transformación de la Ciudad!
Antes de desarrollar el tema de hoy, dejadme clarificar el título de este post. La lectura correcta del mismo dice:
"¿Desarrollo local? para alcanzarlo necesitamos una ¡Transformación de la Ciudad!"
La Nueva Agenda Urbana Habitat III
Hecha esta aclaración sobre el título, vamos al contenido del post.
En las últimas semanas y meses he recibido una notable cantidad de invitaciones a participar en conferencias, jornadas o congresos y, en lo que queda de año, voy a tener una elevada dedicación a este tipo de intervenciones. Tras mi reciente conferencia en Tarragona (España), tengo previsto dictar conferencias o seminarios en Madrid (España), Morelia (México), Aranda de Duero (España), Guaranda (Ecuador), Córdoba (Argentina) y Quevedo (Ecuador) (ésta última a inicios de 2018).
Una recopilación de las temáticas y las sesiones a las que estoy invitado a participar, nos da una buena idea de los temas que preocupan, ahora mismo, a las ciudades intermedias:
Hacia un desarrollo urbano sostenible. Curso Tendencias actuales de las Ciudades Inteligentes. Tarragona, España.
EDUSIs -Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado- y Participación Ciudadana. Comisión de Modernización, Participación Ciudadana y Calidad de la Federación Española de Municipios y Provincias. Madrid, España
Desarrollo local y participación ciudadana. Encuentro Nacional de Consejos Ciudadanos. Morelia, México.
Emprendimiento Territorial y Sostenibilidad del desarrollo local. Jornada Ciudades Intermedias en Castilla y León. Aranda de Duero
Para un desarrollo exitoso de Bolívar. Foro Internacional de Desarrollo Local. Guaranda, Bolívar, Ecuador.
Transformación de Ciudades. Planificación Urbana. Ciudades Inclusivas. Ciudades Inteligentes. II Foro Internacional de Desarrollo Económico Local. Córdoba, Argentina.
Todas estas conferencias, ponencias o paneles, todas, versan sobre el mismo tema: el desarrollo local como proceso, dicho de otra forma, la transformación de las ciudades para su desarrollo. En efecto, el desarrollo local ni se produce de manera rápida ni basta para generarlo con una batería de actuaciones de las Administraciones Públicas. Al contrario, el desarrollo de la ciudad es un proceso largo, que exige perseverancia, y que requiere de la implicación activa y directa del conjunto de los actores locales.
Un factor que subyace en todas las jornadas que os he mencionado y en muchas más que se celebran a lo largo y ancho del mundo en el ámbito de las ciudades es el de la complejidad del momento. Estamos en un periodo de intensos cambios globales/locales y las ciudades deben ser capaces de gestionar su desarrollo atendiendo a todos ellos. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS- y la nueva Agenda Urbana de Habitat III, ambos enunciados por la ONU, recopilan precisamente ese conjunto de aspectos a los que debemos atender y definen los objetivos genéricos para todos los países y ciudades.
Esa diversidad de retos y de exigencias implica, obviamente, una complejidad en la gestión. Y todo ello va produciendo una toma de conciencia progresiva tanto de la imposibilidad de que la administración, por sí sola, pueda atender a todos los objetivos como de la necesidad de contar con la complicidad, la voluntad y el apoyo activo de los actores locales.
Las claves para la respuesta
Para responder con garantías a esa complejidad de la gestión de la ciudad mi opinión es que hay tres aspectos esenciales a considerar: 1) el estilo de liderazgo, 2) una estrategia para la ciudad y 3) la colaboración entre los actores locales.
1. El estilo de liderazgo
Vamos a necesitar, en primer lugar, un cambio en el enfoque de la administración pública local. A ella corresponde el liderazgo del territorio que está encargada de administrar y debe ser capaz de dinamizar y motivar a los distintos actores locales.
Para ello va a necesitar ejercer ese tipo de liderazgo que convoca a la sociedad a definir el futuro que desea, que pone los medios para que esa definición sea compartida y asumida por el conjunto de la población y que, a la vez, renuncia a definir en solitario las conclusiones del proceso mientras se incorpora al proceso de definición como un actor más de la sociedad (véase el siguiente video).
Adoptando esta actitud, además, va a reforzar su liderazgo puesto que ese estilo de liderazgo es, precisamente, el que demanda la sociedad: un liderazgo colaborativo que la convoca para definir, entre todos, el mejor proyecto de futuro para la ciudad. Y ese proyecto será el mejor de todos porque los actores relevantes se habrán puesto de acuerdo en él, porque están convencidos de que lo pueden hacer realidad y porque cada uno de ellos está comprometido a aportarle su parte de actitud, de esfuerzo y de recursos.
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2. Una estrategia para la ciudad
Una vez que la ciudad dispone del liderazgo adecuado, va a necesitar definir su estrategia. Es decir, definir hacia dónde quiere avanzar. Esto es, el primer paso es definir un objetivo, el punto al que queremos llegar.
Cuando, al contrario, una ciudad no ha definido su estrategia de desarrollo, no puede progresar. No progresa porque no dispone de un objetivo hacia el que avanzar y, por lo tanto, sus distintos actores avanzan, pero lo hacen individualmente, cada uno de ellos en la dirección que él mismo elige. Y, obviamente, esas direcciones no coinciden. Como resultado, esos esfuerzos, que son lanzados en direcciones distintas, no permiten que la ciudad avance ni que destaque por ninguna de sus características. La ciudad ni avanza ni tiene personalidad propia: es una ciudad más entre todas las demás y, en consecuencia, ni tiene capacidad de atracción para los foráneos ni tampoco capacidad de retención de su talento local.
3. La colaboración entre los actores locales
Siempre ha sido así pero hoy, más que nunca, las ciudades que progresan son las que son capaces de avanzar unidas, de forma que sus actores locales -administración, universidad, empresa y sociedad civil- comparten una misma ilusión, unos mismos objetivos, una hoja de ruta que hace que las acciones de todos ellos vayan en la misma dirección y sumen sus esfuerzos multiplicando los resultados que consiguen.
Para conseguir esta unión, es imprescindible apoyarse en los dos primeros apartados que he mencionado: el estilo de liderazgo y una estrategia de ciudad. Se necesita un liderazgo capaz y dispuesto a liderar "el equipo de los actores locales". Bajo ese liderazgo, el primer paso de ese equipo debe ser la definición conjunta de la estrategia de ciudad. Si se define esa estrategia entre todos los actores, con seguridad contará con el compromiso de todos ellos para llevar a cabo el plan y la ciudad estará en el camino de la transformación exitosa que sus ciudadanos desean.
Conclusión
En el momento actual, la gran cantidad de retos a la que debe hacer frente cualquier ciudad genera una situación de gestión compleja. Por eso, si se desea impulsar un desarrollo real de la ciudad, no sirve actuar puntualmente en uno u otro ámbito sino que es necesario generar una auténtica transformación de la ciudad. Una transformación que requiere el apoyo y la colaboración de los actores locales y que va a significar un proceso que habrá que mantener a medio y largo plazo.
Para mantener vivo ese proceso de transformación durante toda su duración y para conseguir la adhesión de los actores locales, es imprescindible que la administración local ejerza un liderazgo sólido, ilusionante y colaborativo; un liderazgo que convoque a la ciudad a definir su estrategia de futuro; una estrategia de futuro que determine los objetivos comunes que mantengan alineados a los actores locales.
Son las ciudades que logran esa comunión de objetivos y voluntades entre sus actores locales las que son capaces de abordar con éxito los retos que enfrentan, las que progresan de forma significativa, las que destacan en su entorno territorial (global, continental o nacional) y las que generan prosperidad para sus ciudadanos.