El futuro de las ciudades (2)
En el artículo anterior:
El nuevo contexto de cambio sistémico mundial tiene repercusión directa en las ciudades y eso las obliga a reconsiderar su estrategia de futuro incorporando un amplio conjunto de nuevos conceptos, necesidades y posibilidades.
El futuro de las ciudades (2)
Esta serie de artículos tiene su origen en mi intento, durante semanas, de escribir dos artículos en paralelo. Uno de ellos iba a llamarse "¿Hacia dónde van las ciudades?" y trataba acerca de la evolución de las ciudades en los años que vienen, cómo serán y cuáles son las tendencias que van a producirse en su organización y funcionamiento como consecuencia de los cambios que se están produciendo en el mundo. El otro, que llevaba por título "Ciudades en crisis, políticas sin recursos", iba a tratar de la gestión de las ciudades en un contexto de recursos escasos, una situación que encaja muy bien con la de las administraciones locales tanto de LatinoAmérica como de España pero también es general en el resto del mundo.
Sin embargo, a medida que pasaban los días, ví que los argumentos y las opciones de uno y otro se entrelazaban y llegué a la conclusión de que son dos caras de una misma cuestión que, difícilmente, pueden desligarse una de otra y de que, en realidad, la escasez de recursos municipales es, de por sí, una tendencia de futuro. Una tendencia, además, que tiene una relevancia particular puesto que repercute profundamente en la forma de ejecutar las demás actuaciones de las administraciones locales.
Fue entonces cuando cambié mi enfoque y decidí centrar mis esfuerzos en ordenar la multitud de conceptos nuevos que asaltan a los municipalistas desde hace tiempo. A continuación os aporto una lista de estos conceptos. Seguro que cada uno de los lectores podéis añadir algún concepto más pero, en cualquier caso, esta lista permite tomar conciencia de la diversidad de esos conceptos y permite comprender la dificultad de lidiar con todos ellos a la vez e integrarlos en un único planteamiento de ciudad. Veamos esa lista (ordenada alfabéticamente):
Clusters
Cohesión social
Colaboración
Competitividad
Economía del conocimiento
Economía social
Educación
E-gobierno
Green cities (Ciudades Verdes)
Innovación
Liderazgo
Lucha contra la pobreza y la exclusión
Megaregiones
Nuevos estilos de gobierno
Open data
Participación ciudadana
PPP (Proyectos Público-Privados)
Relocalización / Reindustrialización
Smart cities (Ciudades Inteligentes)
Sostenibilidad ambiental
Talento
Tecnología
Transparencia
Voluntariado
Ante una lista tan variada como ésta, de conceptos todos ellos positivos y deseables, el dirigente local corre el peligro de fijarse en uno (o en dos o tres) de esos conceptos y olvidarse de otros igualmente importantes. En caso de centrarse en impulsar prioritariamente los conceptos que ha elegido (ya sea la economía social o la smart city, por citar sólo dos de ellos), ese dirigente generará un avance de su ciudad hacia un modelo de ciudad desequilibrado cuyos resultados no responderían a sus esperanzas.
Nos encontramos, pues, ante la necesidad 1) de redefinir una estrategia de ciudad, a causa de la evolución de las ciudades y del rol de la nuestra en su contexto geográfico y económico, y 2) hacerlo integrando en esa estrategia una gran cantidad de conceptos dispares que no aparecían en el campo de juego hace tan sólo un par de años.
Por eso se nos hace imprescindible intentar estructurar todos estos conceptos de forma que cobren sentido en el marco de una estrategia de ciudad. ¡Eso es lo que os propongo!
El Sistema
El primer paso es el de pensar en todos estos conceptos, más todos los tradicionales del desarrollo económico local (para una revisión de éstos últimos, os recomiendo bajaros mi “Manual de Introducción Rápida al Desarrollo Económico Local”) como un sistema. Un conjunto de ideas y conceptos, interconectados entre sí y que funcionan como un todo.
En la lista anterior hay conceptos de muy distintos niveles por lo que es preciso clasificarlos para ver, a posteriori, cuáles son sus funciones y cuáles, las interacciones entre ellos. Sugiero establecer tres grandes niveles de conceptos a los que he llamado los grandes objetivos, las herramientas clave y los elementos complementarios.
A) Los grandes objetivos
Un primer punto esencial para no dispersar nuestros esfuerzos es definir cuáles son los grandes objetivos a alcanzar. Ésos son universales y válidos para cualquier ciudad o pueblo. Creo que podemos estar de acuerdo en que los grandes objetivos de futuro para cualquier ciudad deberían ser tres. Ninguno de ellos es más importante que los demás y debemos trabajar para avanzar en los tres por igual (o, según el punto de partida de nuestra ciudad, habrá que esforzarse más en unos o en otros). Por eso, el orden en que los cito es el alfabético y no tiene ninguna implicación adicional.
La Cohesión Social
La Competitividad Económica
La Sostenibilidad Ambiental
Esos tres conceptos de la lista, por lo tanto, son los objetivos a conseguir, las metas que debemos fijarnos, las dianas a alcanzar, el punto de llegada de nuestro (largo) viaje. Todo lo que hagamos debe estar orientado hacia ellos.
Y, para eso, para alcanzar estos objetivos, necesitamos utilizar un segundo nivel de conceptos que vamos a llamar.....
B) Las herramientas clave
Os estoy hablando de una suerte de "infraestructura para el desarrollo de la estrategia". Y es sobre esa infraestructura sobre la que debemos sustentar cualquier acción, proyecto o propuesta para el desarrollo de la estrategia. Es decir, son las herramientas que, una vez determinados los objetivos, deberemos utilizar para avanzar hacia ellos. Son dos herramientas, muy distintas entre sí y también son imprescindibles ambas. Os estoy hablando de:
Los Nuevos Estilos de Gobierno
La Innovación
Por último, vamos a englobar los elementos restantes en una categoría que llamaremos.....
C) Los elementos complementarios
A partir de aquí, el resto son elementos complementarios más relacionados con uno u otro objetivo, a menudo con dos de ellos o, incluso, con los tres, que tenemos a nuestra disposición para ir avanzando. En la lista proporcionada, hay también elementos sectoriales de esas herramientas clave.
Conclusión
Os acabo de exponer el núcleo de mi planteamiento si bien falta explicar el conjunto en detalle. Con ese objetivo os presentaré, en el próximo artículo, un gráfico de relación de todos los elementos del sistema así como comentaré la interpretación de ese gráfico y la forma de leerlo.
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