Etapas para un desarrollo territorial eficaz
En un post anterior propuse empezar los procesos estratégicos de impulso territorial con una hoja en blanco. La hoja en blanco es un punto de partida que define una nueva forma de enfocar los procesos de desarrollo territorial.
Quibdó, ColombiaEstamos hablando de procesos a desarrollar en comunidades humanas (ciudades, regiones) y que necesitan, imperativamente, que la comunidad esté involucrada y se implique directamente en los mismos si deseamos que tengan éxito.
El objetivo del proceso es dar un impulso real al desarrollo del territorio. Y para ello, es esencial que el proceso de desarrollo se lleve a cabo de forma que los actores locales se sientan involucrados en el mismo y participen de las propuestas que integren el plan de desarrollo.
Estamos hablando, además, de procesos a los que les pedimos que produzcan efectos positivos de transformación en un plazo razonablemente corto (5 a 10 años) y, no, que tarden decenios en dar sus frutos.
Para cumplir con todos esos requisitos y alcanzar todos esos objetivos, os propongo proceder cubriendo las siguientes etapas:
0) Tomar la decisión
Debe hacerlo la autoridad local correspondiente en cada caso. Puede ser el Alcalde/Intendente o las autoridades de la región. Debe quedar claro que, si no existe una voluntad clara de la autoridad territorial, no es posible impulsar el desarrollo de esa comunidad.
En algunos casos, puede tomar el liderazgo otro actor local. Esos casos pueden darse, por ejemplo, en pequeñas comunidades como vimos en un artículo anterior, si bien vimos también que la velocidad a la que pueden mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos es, en estos casos, muy muy lenta. También hay casos, como los de los Institutos Municipales de Planeación (en México). Se trata de instituciones en las que están asociados los actores más dinámicos de sus respectivas ciudades (Universidades, Empresas, Gobierno Local,....) y en ellas recae el liderazgo del desarrollo en su ciudad. La de los IMPLAN, o cualquier institución equivalente, es una situación muy deseable e incluso puede ser mejor que la del liderazgo único de la política siempre que los socios del IMPLAN vayan realmente todos a una.
En cuanto a las autoridades de orden superior (como la nacional), si bien es bueno contar con su apoyo, no es necesario en este momento del proceso. En efecto, será muy sencillo el acceso a la administración superior para dialogar con ella en nombre del territorio y conseguir, por ejemplo, parte de los recursos que se necesiten, una vez que se haya definido un proyecto territorial que cuente con el respaldo de los actores locales.
1) Detonar el proceso convocando a todos los actores relevantes del territorio
Al líder, ya sea persona, gobierno o institución, que decide poner en marcha el proceso de desarrollo de su territorio, le corresponde detonar el proceso mediante una convocatoria de anuncio del proceso y sus objetivos.
En este momento es cuando debe aparecer "la hoja en blanco” como punto de
partida. La "hoja en blanco" nos sirve para lanzar el mensaje de que es entre todos como vamos a construir un nuevo futuro más próspero para nuestra tierra, de que el primer paso va a ser definir ese futuro entre todos y de que partimos de una hoja en blanco: todo está por definir y todo cabe en ella; vamos a escribirla juntos.
2) Definir conjuntamente el Plan de Futuro
Esta etapa puede ser más simple o más elaborada en función de la comunidad de la que estemos hablando, de su dimensión y de su dispersión/concentración en el territorio. En territorios con menos población, puede resolverse a partir de un trabajo con un grupo de actores territoriales adecuadamente seleccionados mientras que si la comunidad es mayor y/o el territorio más extenso, este trabajo inicial puede completarse con un proceso participativo (sectorial, por barrios,...) que permita la socialización, la apropiación y, si es el caso, la modificación, por parte del conjunto de la comunidad, de las propuestas elaboradas previamente por aquel grupo de personas representativas de la sociedad.
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Este Plan de Futuro deberá ser un documento breve (10-15 páginas) pero denso, concreto y preciso que dibuje una imagen bien definida y diferenciada de cómo queremos conseguir que sea nuestro territorio en el futuro.
3) Definir una estructura de gobernanza para el despliegue del plan
Una vez definido el Plan de Futuro Territorial entre todos los actores, es imprescindible que esos mismos actores se organicen para que, también entre todos, se encarguen de impulsar, coordinar y supervisar la ejecución del plan y de las propuestas que emanan de él.
Hasta este momento, el proceso que he descrito no debería durar más de 3 a 6 meses, dependiendo del nivel de capilaridad de la participación que deseemos alcanzar.
4) Detallar las distintas líneas de desarrollo (a partir de lo definido en el Plan de Futuro)
Una vez que el Plan de Futuro ha determinado los criterios y las grandes líneas por las que va a discurrir el desarrollo del territorio, llega el momento de bajar al detalle en cada una de las líneas de actuación. En este punto es donde deben intervenir los especialistas (en impulso económico, turismo, capacitación, urbanismo, cultura, lucha contra la violencia o la pobreza, etc., dependiendo de lo que haya determinado el Plan de Futuro) para definir el detalle de los programas y proyectos. Y, además de las líneas específicas del Plan de Futuro, es probable que sea necesario definir otros proyectos que, aún no estando directamente relacionados con la estrategia de futuro escogida, sí a) son necesarios para permitir su implementación (por ejemplo, mejorar las vías de acceso al territorio) o bien, b) para conseguir un desarrollo equilibrado (por ejemplo, preservar el medio ambiente o mejorar la actividad cultural).
2), 3) y 4) ¡Ya tenemos el plan estratégico territorial!
Con el trabajo realizado hasta este punto, hemos construído ya el Plan Estratégico de la ciudad o del territorio. En efecto, incorpora a) un primer documento -el Plan de Futuro-, b) una organización de impulso, coordinación, seguimiento y control y c) el detalle de las distintas líneas de actuación que deberán llevarse a cabo. Y ese conjunto de elementos es lo que es un plan estratégico: un documento en el que se dibuja la visión de futuro del territorio compartida por todos sus habitantes, los proyectos a desarrollar para alcanzar esa visión y la estructura organizativa que se haga cargo del seguimiento del proyecto. Dicho de otra forma, es el manual para el desarrollo de nuestro territorio.
Ibarra, Ecuador
O, como lo expresa Álvaro Castillo, actual Alcalde de Ibarra, Ecuador, "la guía para la gestión de la ciudad que me habría gustado encontrar cuando llegué a la Alcaldía".
5) Poner en marcha el despliegue del plan por todos los actores del territorio
Es en este momento cuando se puede empezar a desplegar proyectos. Es en este momento porque ahora es cuando a) hemos alineado a todos los actores, b) entre todos hemos definido la estrategia que deseamos para nuestro territorio, c) han intervendio los especialistas para definir en detalle cada intervención y asegurar que la vamos a llevar a cabo de la mejor manera y d) hemos estructurado una organización para el seguimiento de la implantación por parte de todos los actores y de la sociedad en su conjunto.
6) Perseverar en las actuaciones definidas en el plan estratégico hasta que se vayan alcanzando los objetivos. Es un proceso largo que no se acaba con una inversión o con la ejecución de un proyecto; un proceso que requerirá también adaptar actuaciones en función de la evolución del entorno; un proceso que requiere perseverancia año tras año, más allá de los posibles cambios políticos, hasta llegar al momento en que el territorio ha alcanzado ya los objetivos que se había fijado.
Y después........después habrá que volver a empezar el ciclo para definir un nuevo plan estratégico. Pero, en ese momento, la ciudad lo abordará desde una posición mucho mejor que la que tenía al empezar este proceso.
En conclusión
0) Tomar la decisión
1) Detonar el proceso convocando a todos los actores relevantes del territorio
2) Definir conjuntamente el Plan de Futuro
3) Definir una estructura de gobernanza para el despliegue del plan
4) Detallar las distintas líneas de desarrollo (a partir del Plan de Futuro)
(Y con esto disponemos ya de nuestro plan estratégico territorial)
5) Poner en marcha el despliegue del plan por todos los actores del territorio
6) Perseverar