Innovación, ¿moda o necesidad?
A veces conviene volver unos pasos atrás para reafirmar algunos conceptos. Efectivamente, es frecuente encontrarse con quien argumenta que "la innovación es una moda" o "no es más que lo que se ha venido haciendo siempre bajo otros nombres. Antes se llamaba calidad, emprendeduría, etc..." Por eso me parece relevante dejar constancia de algunas ideas.
Es cierto que siempre ha habido empresas que han practicado la innovación. ALGUNAS empresas han innovado toda su vida sin ponerle explícitamente este nombre. Es cierto. Y ése es el caso de AUSA, por ejemplo. Fabricaba pequeños coches, los PTV, en la década de los 50 cuando Seat desembarcó en España. Se les hundía el mundo y hicieron un cambio estratégico. Dejarían de fabricar vehículos utilitarios -el SEAT 600, se llevaba el mercado de calle- y entrarían en el sector de los vehículos para la construcción. Así nació el dumper de AUSA que, seguro, todos habéis visto en alguna de sus múltiples versiones (se sigue fabricando y vendiendo todavía en la actualidad). El cambio les permitió reutilizar todo el know-how de su personal así como muchas de las piezas y mecanismos que habían desarrollado para los coches y, además, entrar en un mercado nuevo, que ayudaron a crear, y del que son líderes desde entonces. Eso, es obvio, fué innovación con mayúsculas, en el año 1960.
Por lo tanto, sí se ha hecho innovación siempre, aunque eran muy escasos los que la practicaban.
La diferencia fundamental entre épocas anteriores y la actualidad es que antes las empresas, casi todas ellas, podían seguir viviendo sin innovación y así lo hacían. Hoy, eso ya no es posible. Hoy, las empresas necesitan innovar continuamente para permanecer en el mundo globalizado en el que estamos.
Antes, las empresas vivían en un mundo reducido: la ciudad, la región, el país; para las mayores, su ámbito alcanzaba a un continente. Hoy en día, la más pequeña de las empresas está compitiendo globalmente aunque no salga de su pequeña ciudad. Porque vienen las empresas de otras partes del mundo a disputarle sus contratos. Por eso, hoy, la innovación es imprescindible.
Pero mi mensaje no quiere ser pesimista ni amenazador. Porque, si AUSA pudo sobrevivir y salir reforzada de una amenaza tan grande como la implantación de SEAT con su 600, también pueden hacerlo la mayor parte de nuestras empresas actuales. Eso sí, hay que enfrentarse a la situación y ponerse a trabajar con la mente abierta al máximo. El trabajo constante y bien enfocado, seguro que dará sus frutos.