La alusión a la hormiga no tiene que ver con una posible lentitud sino con una idea mucho más importante (al fin y al cabo, los italianos dicen “qui va piano, va lontano” (quien va despacio, llega lejos) y eso no es nada malo para el desarrollo local.
No, la alusión a la hormiga tiene que ver con la necesidad imperativa de colaboración entre los actores locales (o territoriales, si hablamos de una región, estado o provincia).
Eso es, la forma de caminar de los humanos es muy simple. Tenemos dos piernas y nuestro avance consiste en poner un pie delante del otro y seguir así sucesivamente.
Para la hormiga, sin embargo, es bastante más complejo. Es imprescindible que las 6 patas de las que dispone:
estén sincronizadas, para que cada una efectúe su movimiento de acuerdo con el ritmo de las demás
estén coordinadas para avanzar todas en la misma dirección. Quizá parezca una obviedad, pero las patas podrían ir cada una en una dirección distinta (N, S, E y O) y el desplazamiento de la hormiga sería una pesadilla. No tendría forma de ir de un punto A a un punto B si las 6 patas no se movieran exactamente en la dirección que deben moverse.
El desarrollo de una ciudad o región exige las mismas condiciones que las que cumple la hormiga. En efecto, las “patas” que deben hacer avanzar el territorio en su desarrollo son los 4 sectores de la sociedad (administración pública, sector del conocimiento, sector empresarial y sociedad civil) y la contribución de todos y cada uno de ellos es imprescindible. Carina Cabo, en su comentario al final de este artículo, sugiere la incorporación de los medios de comunicación como un 5º actor local y la propuesta me parece relevante. Esto es:
si uno de ellos no trabajara en equipo con los demás, a ese territorio le ocurriría lo mismo que a una hormiga con 5 patas (o, más exactamente, lo mismo que a un caballo con 3 patas).
si fueran dos los sectores que pretendieran impulsar el desarrollo territorial sin la colaboración de los otros tres, basta imaginar lo que le ocurriría a un caballo que solo dispusiera de dos patas para desplazarse (o a una hormiga con solo 3).
Comparte Ciudadinnova con un colega al que le pueda interesar
¿Y quién va a “ordenar” los movimientos a cada pata?
En la hormiga o en el caballo, podemos imaginar que quien se encarga de mandar las órdenes de movimiento a cada pata es el cerebro del animal. Pero queda abierta la pregunta de ¿quién debe actuar como cerebro en un territorio? Y la respuesta a esa pregunta es fundamental para el proceso de desarrollo territorial. Profundicemos en la analogía.
Parece claro que los actores de la sociedad de un territorio tienen, cada uno de ellos, sus propios intereses: mantener un buen nivel de servicios públicos, para la administración pública, generar y difundir conocimientos, para el sector del conocimiento, impulsar las actividades económicas, para el sector empresarial, y la amplia multiplicidad de intereses de la sociedad civil. Obviamente, cada uno de ellos debe centrar sus esfuerzos en cumplir con sus objetivos propios.
¿Cómo va cada actor local a contribuir al avance de su territorio en una dirección concreta a la vez que mantiene y mejora sus propios objetivos como sector? ¿Qué hace falta para que los 4 actores de la sociedad avancen en la misma dirección? ¿Quién puede lograr esa confluencia de esfuerzos?
Recibe, gratuitamente, más artículos como éste suscribiéndote a Ciudadinnova
La respuesta es sencilla. “para que los 4 actores de la sociedad avancen en la misma dirección“, lo primero que necesitamos es definir una dirección hacia la que deseemos que el territorio avance. Quizá suena a una verdad de Perogrullo pero solo cuando hay una dirección hacia la que dirigirse, es posible avanzar hacia ella. Sin saber adónde queremos ir, no tenemos ni idea de dónde vamos a llegar ni si vamos a llegar a algún sitio.
La segunda condición será que esa dirección sea compartida por los 4 sectores de la sociedad. Solamente en este caso será posible que los 4 avancen hacia ella llevando así a su territorio a desplazarse rápidamente y con seguridad en esa dirección.
Eso significa que “el cerebro” del territorio no es ni una persona ni uno de los actores locales sino que es un acuerdo, un consenso: una dirección en la que los 4 sectores de la sociedad se han puesto de acuerdo para avanzar.
Para poner un ejemplo sencillo, si el acuerdo de los actores del territorio se ha alcanzado alrededor de una apuesta de futuro por el café y el turismo, eso va a modelar la actuación de cada uno de los actores de forma que, entre todos, van a poder construir una oferta excelente de café y turismo cafetero.
La siguiente pregunta será ¿cómo encontrar una visión de futuro del territorio que sea compartida y con la que los actores locales se comprometan a hacerla realidad? A bote pronto, puedo decir que, para conseguir ese nivel de compromiso de todos los actores, será necesario que los cuatro sectores definan conjuntamente esa visión de futuro de su territorio, sea ciudad o región. Pero, sin duda, la exposición de cómo alcanzar ese resultado es una materia que requiere un desarrollo mucho más largo. Puedes encontrar un resumen en artículos anteriores como “Desarrollo: ¡no empecemos la casa por el tejado!” y la respuesta integral en mi ebook “Desarrollo Local y Territorial, una guía para políticos y técnicos”.
¡Nos vemos próximamente con más artículos de interés!
Hola tengo problemas para identificar de quienes se habla cuando se habal del Sector del Conocimiento?
Muy buen artículo.
Creo que falta un actor fundamental que son los medios de comunicación masiva. Aqui, en Argentina, tienen un rol "muy fuerte", generan agenda, instalan temas y, a mi criterio, deberían entrar en diálogo con los otros actores.