Más sobre ciudades y cambio energético
Recientemente, el Centro Tecnológico CTM, celebró su primera Conferencia Internacional alrededor de la I+D+i, el empleo y la responsabilidad de la administración. La jornada, con ponentes internacionales de mucho relieve giró, en buena parte, alrededor de la revolución energética en ciernes y deparó muchos momentos remarcables.
La primera intervención fue la de Richard K. Lester, Director fundador del Industrial Performance Center del Massachussets Institute of Technology, quien nos presentó su reciente publicación Unlocking Energy Innovation cuyo subtítulo es "Cómo América puede construir un sistema energético de bajo coste y bajo en carbono". La cantidad de ideas que nos lanzó bastaría para escribir un post largo y muy rico pero voy a trasladaros únicamente las más relevantes.
Nos habló de que hay 3 competiciones paralelas en el mundo actual: entre empresas, entre personas y entre lugares. Los lugares que, inicialmente, eran los países, cada vez se centran más en las ciudades. Y ¿cómo compiten? por supuesto, a través del conocimiento, las TIC, la educación. Pero, más allá de estos elementos básicos, nos habló de dos estrategias básicas: 1) la apuesta por una conexión intensa con la red global. Es decir, ser un miembro relevante de esa red global o 2) acumular centros de conocimiento para ser un centro único de referencia en el mundo. Dejó abierta la respuesta a cuál es la adecuada aunque, probablemente, dependa de la situación de partida de cada uno.
A continuación nos habló de su libro que parte de la constatación de que se le plantean al mundo tres problemas simultáneos, interrelacionados y de urgente resolución: el cambio climático, la incertidumbre acerca de los suministros energéticos y el rápido crecimiento de la demanda energética. Su tesis es que la única opción existente para efectuar esa transición de forma fiable y en los plazos de que disponemos es una revisión a fondo del sistema de innovación americano (él centra su libro en los EEUU).
Entonces fue cuando nos dió una lista de verdades sobre la situación energética mundial:
Los nuevos recursos de gas recientemente descubiertos no sirven para pasar a la energía baja en carbono
Nos quedan de 2 a 3 décadas para evitar el desastre
Las energías low-carbon (bajas en carbono) son más caras
La promesa de la ciencia es que serán más baratas y que son más seguras
Los grandes cambios que deben hacerse pueden hacerse hoy con las tecnologías existentes
El mercado no producirá el cambio con suficiente rapidez. Eso implica la necesidad de la intervención de los gobiernos.
La innovación en energías es el gran reto pendiente (porque otras innovaciones son mucho más rentables para los inversores (p.e., la telefonía móvil)
La transición al nuevo modelo implicará grandes costes a la industria del petróleo
La tarea es mayor de lo que se quiere reconocer
Concluyó con una cuantas ideas para avanzar en el camino del cambio:
La reducción de emisiones a la atmósfera se obtiene tanto por la reducción del consumo energético (mejora de la eficiencia) como por la descarbonización del sistema energético. Es necesario avanzar en las 2 líneas.
Todos los grupos tienen una parte de la solución: los técnicos, los economistas, los ecologistas, los políticos........ Es necesario aplicar todas las propuestas a la vez.
Es necesario encarecer el uso del carbono (lo malo) y abaratar las energías renovables (lo bueno). (Esto último, por ejemplo, a través de los subsidios para la inversión en renovables de la UE).
Por último, apuntó a una falta de ideas en las políticas para el despliegue de la energía baja en carbono. Dijo que sabemos cómo impulsar actuaciones a corto plazo (aislamiento de edificios) y a largo plazo (impulso a la I+D) pero no, las actuaciones a medio plazo (cómo impulsar pilotos de energías renovables o acelerar las instalaciones de los potenciales "early-adopters").
A continuación, pudimos escuchar a Markus Mutter, responsable de Desarrollo de Negocio en EPEA-Hamburg (Alemania), quien nos presentó el concepto "Cradle to cradle" que han desarrollado a partir del convencimiento de que la eco-eficiencia sólo sirve para postponer el problema. Para ellos, se trata de innovar a fondo y así lo hacen desde su planteamiento inicial. Trabajan, no para reducir el impacto ecológico sino para generar un impacto positivo. Es decir, no apuntan a generar un impacto neutro en el ciclo del carbono sino a generar un impacto carbono-positivo. Se apoyan en 3 principios: 1) cualquier residuo (o basura) es alimento para algún otro proceso. 2) Aprovechar el flujo de energía solar y 3) Celebrar la diversidad (literal).
De Paul Fleming, de la Montfort University (UK), me quedé con una idea: Los recursos para las grandes inversiones deben proceder de las "utilities" (empresas petroleras, gasísiticas, eléctricas,....) que deben pasar de vender productos a proporcionar servicios.
A continuación, una mesa redonda de administraciones públicas nos dejó más ideas de interés. Xavier Ferràs, de ACC10, nos dió otra definición de innovación frente a la mejora continua. Si hay riesgo, es innovación. Si no se asume riesgo en un cambio, es mejora continua. Joan Josep Escobar, del Instituto Catalán de la Energía, nos dijo que somos tan ineficientes que, en muchos casos, las inversiones se pueden financiar con los ahorros conseguidos. Por último, Pere Giró, miembro del Consejo de Energy Cities nos dijo que se va a volver a la autosuficiencia energética y que los Ayuntamientos son clave en este proceso. Nos habló del Pacto de Alcaldes por la Sostenibilidad de la UE que define el camino a seguir hasta 2020 y que ahora está diseñándose el recorrido hasta 2050 mediante un proyecto Interreg IV.
Dejadme, para acabar, citar los datos, del World Energy Outlook que nos aportó Juan Miguel Moreno, Director de Estrategia del Centro Tecnológico de Repsol.
A finales de 2011, quedan reservas de petróleo para 46,2 años.
En 2007, el petróleo, el gas y el carbón aportaban el 81% de la energía que se consumió en el mundo. La previsión es que, en 2030, sigan aportando el 80%.
Y un agravante adicional: para ese mismo 2030, el consumo global de energía se prevé un 40% superior al de 2007 (17.000MTep frente a 12.000MTep).
Para no acabar con esta nota tan pesimista, dejadme decir que cada vez hay más iniciativas de ciudades a favor de las "Green Cities". Y de las Green Cities voy a hablaros en mi próximo post. ¡Hasta pronto!