Notas de un Congreso en Villa María, Argentina
Del 23 al 25 de agosto pasado se celebró en Villa, María, Córdoba, Argentina, el I Congreso Argentino de Desarrollo Territorial en el que tuve la suerte de poder participar. Me llevé un puñado de ideas interesantes a algunas de las cuales me he permitido añadir unas notas. ¡Allá voy con ello!
Mi apreciado profesor Pablo Costamagna, de la Universidad de Rafaela, disertó acerca del rol de la Universidad en el Desarrollo Local y fue notablemente crítico. En sentido estricto, fue autocrítico, y por eso son más relevantes sus reflexiones. Eso fue lo que nos dijo:
Saz, Costamagna y Suárez, en la clausura del congreso
El Desarrollo Territorial es una cuestión de construcción de capacidades y la Universidad no ha capacitado a los actores locales sobre cómo llevar a cabo esos procesos de desarrollo. La Universidad se ha orientado más a indicar a los territorios lo que debían hacer que a capacitar a sus actores para que pudieran hacerlo. Concluyó diciendo que el rol de la Universidad es positivo pero que es necesario que añada la responsabilidad de formar a los actores.
El territorio necesita ser acompañado en su proceso de desarrollo. Por eso Pablo habla de que debe ser un facilitador quien actúe en el territorio para ayudarle a encontrar la vía para superar su situación actual.
A mí se me generaron algunas preguntas:
La Universidad tiene conocimiento teórico pero poco conocimientto práctico. Desconoce la realidad de la ONG, del empresario o del político. ¿Cómo actuar de puente entre todos estos actores -pues el desarrollo requiere una colaboración entre todos ellos-? Una posible respuesta a vuelapluma podría que las universidades formaran perfiles híbridos. Geógrafos-economistas, sociólogos-urbanistas, ingenieros-politólogos.... Para ello podrían habilitarse títulos universitarios duales que se adaptaran a formar estos perfiles.
El desarrollo territorial requiere no solo innovación productiva sino también innovación social, es decir, construir nueva gobernanza. La herramienta esencial para ello es el diálogo. ¿Podría la Universidad generar capacidades para el diálogo en sus estudios?
En mi opinión, la Universidad debe contribuir al desarrollo de un territorio aportando sus propuestas pero debe hacerlo como uno más de los actores de ese territorio, argumentando y debatiendo sus ideas junto a los demás. Creo que el que alguien -Universidad, Consultor, Político,....- venga a presentar sus propuestas al resto de actores sin un debate real de lo que, de verdad, los actores están dispuestos a llevar a cabo en su territorio, no genera frutos al no sentirse implicados los actores en esa propuesta. Por eso la idea de "facilitador" de Costamagna me parece la adecuada.
La otra sesión de la que salí con un par de ideas de interés es la que dió Daniel Cravacuore, Presidente de la Fundación Internacional para el Desarrollo Local.
Cravacuore nos preguntó que ¿qué es lo que nos gusta de Messi? Y se contestó que era el hecho de que juega el partido sin mirar la pelota. Su trasposición al desarrollo local fue que "los municipios gobiernan mirando a la pelota, sin estrategia ni planificación". Dijo que "tienen mucho músculo (es verdad que hacen cosas) pero no usan mucho el cerebro (para qué, hacia dónde, por qué).
Luego nos habló del "Banco de experiencias locales" de las Universidades de Quilmes y de General Sarmiento y de su indudable interés como muestra de buenas prácticas llevadas a cabo en los municipios argentinos. No obstante, nos alertó especialmente acerca del problema de la replicabilidad de las experiencias de desarrollo local.
En efecto, el Banco tiene el interés de mostrar que es posible desarrollar esos proyectos locales (de muy diverso ámbito), pero la dificultad está en el método para conseguir que las demás ciudades que quieran implementarlos puedan hacerlo. Demasiado a menudo esos proyectos dependen de que haya 1 o 2 personas concretas en la ciudad adecuada en el momento indicado, de tal manera que, sin esos mismos elementos, no sabemos cómo replicar la experiencia en otras circunstancias.
Tenemos necesidad de desarrollar metodologías de trabajo para desarrollar proyectos concretos en ambientes diversos así como de capacitar a los actores locales en esas metodologías.
Además de estas dos intervenciones, hubo un montón más de sesiones de distintos tipos -conferencias, ponencias, paneles de experiencias, sesiones de diálogo y talleres metodológicos- y, entre ellas, la sesión en la que estuvimos dialogando Ulrich Harmes-Liedtke y yo mismo, sobre la forma en que abordamos el desarrollo territorial, él y yo, desde nuestras distintas experiencias.
Hasta aquí mis breves notas sobre el Congreso, agradeciendo a Gabriel Suárez y a Mijal Saz su acogida y a todos los asistentes, el ambiente de compañerismo que reinó y que me permito ilustraros con un fragmento de la "peña" que se organizó una de las noches del congreso.