Orientar la salida de la crisis?
En mi último post os decía que uno de los efectos de la crisis va a ser el de adelantar cambios que, sin la crisis, quizá se hubieran producido a lo largo de décadas. Lo voy a aclarar un poco puesto que algún comentario recibido así me lo pedía.
Venimos de un tipo de actividad industrial que ocupaba gran cantidad de mano de obra poco o medianamente cualificada pero con sueldos muy elevados en comparación con los de los países de economías emergentes. Las nuevas actividades industriales que aparezcan en el futuro van a tener que aportar mucho
más valor añadido -es decir, tendrán que emplear personas más cualificadas-. Y esa evolución de un modelo a otro, que podía haberse producido de manera más o menos paulatina y, quizá, con pocos traumas, ahora va realizarse a trompicones: primero, la caída de las empresas del modelo antiguo, de manera brusca. Después, y no sabemos cuánto va a durar el tránsito de una fase a otra, lo que podemos llamar la reconstrucción del nuevo tejido industrial.
Y, al hablar de este nuevo tejido industrial, oigo a menudo voces que quieren decidir qué líneas o sectores van a ser los que se desarrollen en un territorio determinado al salir de la crisis. A mí me parece que ése es un enfoque erróneo, o una pretensión exagerada. Me explico.
Creo que está claro que las empresas del futuro en una ciudad mediana o en una comarca cualquiera no van a ser las mismas que ahora cierran sus puertas o pasan dificultades. No será así porque la estructura productiva internacional va a cambiar, pero también porque las tecnologías avanzan de tal manera que lo que hoy es avanzado, en un par de años puede estar obsoleto. Es decir, una empresa que cierre hoy sus puertas, de querer abrirlas de nuevo de aquí a dos años, se encontraría con un entorno tan diferente del actual que, probablemente, no tendría sitio en el mercado a no ser con unos cambios muy profundos (conocimiento, tecnología, proveedores, clientes, producto/servicio....). Es decir, deberá ser una empresa completamente distinta.
Y es por eso que cuando oigo a algún responsable público local preguntarse "¿qué sector o sectores tendremos dentro de 2 años?". Creo que es una pregunta sin respuesta. O, si queréis, las respuestas que podemos dar ahora son tan genéricas, que no son de utilidad. Las energías renovables, el multimedia, la biotecnología, el reciclaje de residuos,..........son el futuro? Probablemente sí, pero sólo entre muchas otras líneas de trabajo. Pero eso no nos resulta de mucha ayuda si pretendemos prever cuál de esas líneas será fuerte en un territorio determinado.
Lo que nos toca hacer a las administraciones públicas es dar herramientas, crear las condiciones, disponer el entorno para facilitar la aparición de nuevas empresas y nuevas actividades alrededor de .... aquéllo por lo que decidan apostar sus impulsores, los empresarios y emprendedores! Creo que ante estos nuevos modelos de negocio que van a aparecer, lo más que sabemos es que serán nuevos. Casi diría que los llamamos así -nuevos- porque no sabemos de qué estamos hablando (en mi próximo post os sugeriré una visión de una posible línea de futuro).
Me atrevo a proponer un guión a seguir para cualquier territorio que desee prepararse para acoger nuevas actividades económicas:
Asegurar la disponibilidad de infraestructuras adecuadas:
las físicas, con prioridad absoluta para la fibra óptica. En efecto, la mayor o menor calidad de las carreteras o los ferrocarriles puede decantar decisiones, pero sin fibra óptica, simplemente, no se entrará en la preselección.
Polígonos de Actividad Económica de calidad, ya sean genéricos ya sean parques científicos o tecnológicos
centros de conocimiento: universitarios, de transferencia tecnológica, de diseño...
servicios avanzados de soporte a la actividad económica
Impulsar la emprendeduría. Trabajarlo como aspecto cultural desde las escuelas, facilitando la creación de nuevas empresas de valor añadido, a poder ser, con incubadoras, asesoramiento experto, capital riesgo.....
Impulsar la innovación en los sectores productivos existentes para que sean capaces de reorientarse y de empezar a colaborar con empresas del territorio con las que nunca lo han hecho.
Trabajar para conseguir la suma de esfuerzos de los agentes locales en la obtención de los objetivos comunes. Éste es un aspecto fundamental. Todas las fuerzas son pocas para hacer que un territorio sea competitivo. Se necesita sumar las voluntades y recursos de todos los agentes locales -administración, universidad, empresarios, instituciones financieras, sanitarias, etc.- para aplicarlos, coordinadamente, en la misma dirección.
Establecer buenos mecanismos de comunicación:
internos, entre los agentes locales, para asegurar el perfecto conocimiento mutuo de los recursos y las actividades locales
hacia el exterior, para asegurar la proyección exterior de la imagen que se desea dar de la ciudad hacia los posibles "clientes": empresas en busca de nueva localización, profesionales en busca de un nuevo lugar en que desarrollar sus proyectos profesioanles y vitales, estudiantes universitarios en busca del mejor lugar para realizar sus estudios,....
Sin duda, la receta es más sencilla de dar que de aplicar a cada territorio. Porque, además, hay otra necesidad clave, el LIDERAZGO que sea capaz de arrastrar a toda esa sociedad hacia el futuro común. Pero, lamentablemente, para conseguir líderes no puedo daros la receta......