Sobre la gestión política del proceso de desarrollo local
Un tema recurrente en las preguntas que surgen en mis conferencias y talleres es el siguiente: "¿cómo evitar que, en cada cambio de gobierno, la autoridad entrante decida abandonar los proyectos impulsados por sus predecesores para iniciar una nueva senda que, a su vez, será abandonada por el siguiente ocupante del cargo?"
En mi artículo anterior "Dos problemas fundamentales de los planes de desarrollo" ya apuntaba a esta problemática. Hoy voy a precisar mi respuesta en lo referente al rol que deben desempeñar los políticos responsables de impulsar el desarrollo local/regional, es decir, Alcaldes/as y Gobernadores/as.
El objetivo
El objetivo a alcanzar es conseguir una continuidad de las políticas de desarrollo por encima de los cambios de gobierno que, inevitablemente, se irán sucediendo.
Para eso, para que, a su llegada al cargo, en vez de cambiar el rumbo de la ciudad, un Alcalde se integre en una corriente de actuación que proviene de mandatos anteriores, es necesario que esa corriente de actuación haya sido implantada previamente.
E, inevitablemente, tendrá que haber habido, en algún momento de la historia local, una máxima autoridad que haya iniciado esa línea de actuación. ¿Cómo puede hacerse eso?
Las condiciones necesarias
Lo primero que debe decirse es que es imprescindible que el Alcalde/Gobernador que inicie este proceso debe asumir un rol de liderazgo colaborativo. ¿Qué significa eso?
Eso significa que esa autoridad debe tener claro que su rol NO es el de definir el futuro del territorio que está gobernando sino que su misión es la de convocar a su ciudadanía a definirlo, impulsar ese proceso de definición y acompañar el posterior proceso de implementación del Plan que se defina.
Esta debe ser la forma de avanzar pues solo así se conseguirá implicar a los actores del territorio y poner en juego la inteligencia territorial para generar innovación territorial.
Sin una primera autoridad territorial que entienda que ese es su rol, es inútil intentar impulsar un proceso de desarrollo que tenga continuidad. Esta es, por lo tanto, una primera condición de imprescindible cumplimiento.
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Hay otra responsabilidad clave de la máxima autoridad local, y es conseguir el apoyo del conjunto de fuerzas políticas -tanto las de gobierno como las de oposición- a este proceso. Para ello, las líneas básicas del planteamiento que le sugiero a la máxima autoridad hacer y que debe pactar entre las fuerzas políticas antes de empezar el proceso es:
El desarrollo de nuestro territorio es algo que nos interesa a todos
Para alcanzarlo es imprescindible la continuidad en el desarrollo de proyectos y programas a lo largo de varios mandatos electorales
Para que todos demos continuidad al proyecto común cuando los ciudadanos nos den la responsabilidad de gobernar, es imprescindible que todos estemos de acuerdo con el objetivo de futuro de nuestra ciudad para que no sea motivo de debate político
Lo que les propongo es iniciar el proceso de definición del futuro al que aspiramos como ciudad
Para dejar ese proyecto de futuro fuera del debate y de la disputa política, vamos a encargar su definición a la inteligencia, al conocimiento y al talento
(Imagen mientorno.pe)
de nuestra ciudad y, posteriormente, vamos a socializarlo y consensuarlo con el conjunto de la ciudadanía
Eso implica que los políticos locales, empezando por mí que soy la máxima autoridad, no vamos a participar en ese proceso de definición
Obviamente, habrá momentos del proceso -presentación inicial, presentación de los resultados, etc.- en que los políticos nos dirigiremos a la ciudadanía y ahí me comprometo a que estemos, de forma visible, todas las fuerzas locales que lo deseen
Para desarrollar ese plan de futuro, serán imprescindibles las contribuciones de los distintos actores locales. Por ello, para la gestión de ese proceso que puede durar 10, 15 o 20 años, crearemos algún tipo de Agencia de Desarrollo, presidida por el Alcalde de cada momento, y en la que los actores relevantes de la sociedad tendrán un papel imprescindible
A partir de este planteamiento, todos debemos comprometernos a que, en el momento en que gobernemos, no vamos a redefinir un nuevo proyecto sino que vamos a retomar el proyecto común en el punto en el que se encuentre y, obviamente, tendremos la libertad de definir las formas de implementación de cada proyecto y programa que nos corresponda desarrollar y poner en marcha
Por supuesto, cada lugar adaptará estas condiciones a su propia idiosincrasia si bien no creo que los fundamentos admitan muchas variaciones.
El buen lider territorial
Voy a finalizar con una lista de las características deseables en todo buen lider territorial:
Su objetivo es mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos
Es capaz de ejercer un liderazgo colaborativo
Sabe formar el mejor equipo político para dirigir la ciudad
Sabe formar el mejor equipo de la ciudad con los actores locales
Es consciente de que no sabe de todo y de que, en cada ámbito, hay alguien que sabe más que él
Está abierto a aprender permanentemente
Tiene liderazgo para saber ilusionar a su equipo y a sus conciudadanos
Hace que la ciudad defina su propio proyecto de largo plazo
Desea dejar un legado a la posteridad
Es generoso y reconoce y respeta las diferencias
Es capaz de generar y pactar "temas de ciudad" que queden fuera del debate politico diario
Tiene un "enfoque territorial", es decir que ve más alla del territorio en el que ejerce su mandato y eso le hace buscar oportunidades de articularse con otros territorios aledaños. (Esta característica ha sido sugerida por Ronal Armando Becerra Castro en un comentario al blog).
Sin duda podríamos alargar la lista pero creo que si nuestra Alcaldesa o Alcalde cumple con este ramillete de características, tendremos un buen tramo del camino recorrido.
En cualquier caso, estáis invitados a dejar vuestros comentarios y/o añadir características deseables del buen lider territorial.