Hoy quiero hablaros de liderazgo y de la importancia de que ese liderazgo sirva para migrar a una nueva forma de gobernar las sociedades locales que se denomina cogobernanza. Y también de cómo todo ello y el impulso del desarrollo de las sociedades locales y regionales depende de dar al capital humano la importancia decisiva que tiene en todo ello.
Sin capital humano no hay desarrollo posible
Eso es, el primer componente, sin el que no puede haber desarrollo territorial, no es el dinero o los posibles recursos locales -ya sea una mina, el campo, unos bienes históricos, la industria,….- sino que es el capital humano.
Y eso resulta muy evidente cuando sabemos que un territorio necesita dos elementos básicos si pretende impulsar su desarrollo:
un líder que guíe a la sociedad y
que esa sociedad necesita estar estructurada para tener opciones de avanzar (y es obvio que un lider debe tener la virtud de estructurar la sociedad que lidera para conseguir que todos sus colectivos avancen conjuntamente)
Además, si repasamos los múltiples activos que pueden aportar las personas a su ciudad o a su región, vemos que solo las personas y la colaboración entre ellas pueden:
definir una visión de futuro para su territorio
generar ilusión entre sus conciudadanos
idear proyectos tractores, capaces de arrastrar tras de sí, múltiples proyectos menores y una actividad económica que multiplique la riqueza local
idear proyectos articuladores que imbriquen actividades de múltiples sectores de la sociedad ayudando así a generar una estructura social y/o económica mucho más sólida
idear proyectos bandera que proyecten la imagen del territorio hacia el exterior y ayuden a atraer capital humano y económico que haga progresar al territorio
Expresado de otra forma, es únicamente la sociedad local la que puede:
definir su futuro (o puede optar por no definirlo)
generar colaboraciones (o no hacerlo)
generar sinergias (o no hacerlo)
involucrarse en el desarrollo del conjunto de la sociedad misma (o limitarse, cada uno, a su propia actividad individual)
Pienso que, después de esta lista realidades, no es discutible que el capital humano es, no solo el primer recurso de un territorio sino también un recurso imprescindible sin el que no es posible mejorar las condiciones de vida de la sociedad local.
El siguiente punto a considerar sería averiguar de qué manera hay que articular la sociedad local y cómo se consigue articularla para poder impulsar mejoras en su desarrollo.
Un par de ejemplos exitosos pero….
Hace 7 años publiqué un artículo en el que hablaba de un pueblo ecuatoriano, Salinas de Guaranda, en el que el liderazgo de un sacerdote había conseguido aunar las voluntades, los esfuerzos y los recursos de todos los aldeanos de la zona para poner en marcha una cooperativa que, hoy en día, exporta queso, mermeladas y otros productos locales.
El “pero” de ese caso ejemplar, y del otro ejemplo que también mencionaba en el artículo, estaba en que el proceso había tomado unos 40 años. Cuando hablamos de impulsar el desarrollo, ya sea de una aldea rural, de una ciudad de 300.000 habitantes, o de una región de 3.000.000, un plazo de 40 años es inviable. Necesitamos generar resultados muchísimo más rápido que eso.
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Para un proceso de desarrollo viable…
Para eso, para generar resultados de forma mucho más rápida, la sociedad local necesita un liderazgo, sí, pero necesita también poder dinamizarse de forma conjunta de forma rápida. Es decir, hay que generar ilusión a muy corto plazo (meses) y empezar a generar resultados palpables a corto plazo (1 o 2 años).
Por eso, si bien necesitamos que haya un lider que encabece la sociedad, no podemos permitirnos esperar a que aparezca ese lider “mesiánico” que, por sí solo, arrastre a toda su comunidad. Porque un lider como ese puede no aparecer en nuestra comunidad más que cada 100 años.
Por lo tanto, para conseguir resultados reales y transformar la sociedad local y sus condiciones de vida ahora, necesitamos dos elementos: un lider y un método, una forma de trabajo que sea aplicable, hoy, a una mayoría de ciudades y regiones. Es decir, un método que no requiera de un lider extraordinario sino que baste con disponer de un lider que tenga la voluntad de mejorar su sociedad y, eso sí, una personalidad y unas aptitudes personales que le permitan comprender y aceptar que necesita colaborar con la sociedad que lidera para llevarla a un mejor estado de bienestar para todos sus ciudadanos.
Se explica claramente en el artículo que os he citado hace un momento que cualquier territorio que quiera impulsar su desarrollo necesita unos requisitos mínimos -que pueden resumirse, simplificando mucho, en un mínimo de unas decenas de miles de habitantes- además de plantear su desarrollo desde una perspectiva territorial (y no, sectorial ni comunitaria). Pero si pensamos en ciudades -cualquier región cumple esos requisitos- que cumplan con esos requisitos mínimos, el siguiente paso que deberemos dar es descubrir el método que permitirá a esa sociedad salir de su situación actual para entrar en una nueva dinámica de prosperidad y de futuro.
Y ese método, que consiste en establecer una colaboración permanente entre autoridades y sociedad, entre liderazgo y sociedad, se llama cogobernanza
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¿Cómo poner en marcha la cogobernanza en un territorio?
Se trata de pasar de un modo de gobernanza tradicional, de arriba a abajo, a la cogobernanza que es un sistema mucho más horizontal.
En mi opinión, la vía natural, y también la más sencilla, para introducir la cogobernanza en una ciudad o territorio es la de empezar por aplicarla en el proceso de definición de la estrategia de futuro del territorio. Una vez aplicada en este proceso “fundacional” del que se van a derivar todos los demás -social, económico, urbanístico, tecnológico, ambiental,….- y cuando la ciudad haya descubierto que ese proceso de codefinición es tan potente, la aplicación de la misma metodología a la definición del resto de planes locales o regionales así como a la toma de muchas otras decisiones se irá produciendo de forma natural, paulatinamente como la mejor forma de tomar decisiones.
Dicho sea de paso, eso, precisamente, es lo que yo hago en cada una de las ciudades y regiones en las que soy invitado a definir su estrategia de desarrollo futuro. La metodología aplicada es la de la cogobernanza y el aprendizaje que adquiere el territorio al definir su estrategia de futuro ya queda en el territorio y le habilita para continuar con el mismo enfoque en sucesivas tomas de decisión.
Mi próximo artículo estará dedicado a hablar acerca de la cogobernanza, de lo que es, de los entornos en los que se puede aplicar, y de los mecanismos que hay que poner en marcha para disfrutar de ese nuevo paradigma de gobierno local. Un nuevo paradigma que facilita la gestión local y territorial a la vez que permite a los territorios disponer de mayores recursos para impulsar su desarrollo. ¡Hasta el mes que viene!