Municipalidad y economía local: prospectiva de futuro
Esta continuación de mi anterior artículo no estaba prevista sino que ha surgido a raíz de mi participación en una sesión de expertos organizada el pasado 23 de Noviembre por el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona bajo la dirección de Oriol Estela, en la que Neil McInroy, Director del Centre for Local Economic Strategies, y Boyd Cohen, estratega urbano y actualmente Director de Investigación en EADA, Barcelona, aportaron sus puntos de vista de hacia dónde avanza la economía de las ciudades en este mundo en crisis en el que nos movemos. El de hoy es un artículo de prospectiva sobre el futuro hacia el que caminamos y de cómo estamos buscando el camino para alcanzarlo. Por adelantado pido disculpas por los posibles errores y omisiones pero espero que comprendais la dificultad de agrupar en un artículo tantas ideas y tan dispares como se expusieron durante esas horas.
Cohen y McInroy en la conferencia pública
McInroy y Cohen hablaron de futuro apoyándose en las realidades que ya se están produciendo hoy en cualquier ciudad del planeta. Fue una incursión en un futuro que será bastante distinto al presente si bien no somos capaces de decir cómo será. Se habló, por supuesto, de aquello que yo mencionaba como compra innovadora en mi primer artículo sobre este tema pero se habló de muchas más cosas: economía circular, economía de Km0, monedas locales, criptomonedas, fablabs, presupuestos participativos, bancos del tiempo, etc. Os presento un apunte de estos conceptos, de las ideas que surgieron sobre el cambio de rol de las municipalidades en este nuevo entorno y también de algunas reflexiones que me vinieron a la mente durante esa sesión que, utilizando una expresión anglófona, fue muy inspiradora.
El cambio de paradigma y los retos que enfrentamos
Una idea de partida es que nos encontramos en un proceso de cambio de paradigma. El sistema económico imperante nos ha llevado a una situación insostenible para el planeta y para la humanidad de la que son una consecuencia las múltiples protestas, revueltas sociales y nuevos movimientos políticos de los últimos años.
Tres son los grandes retos que enfrenta la humanidad: el cambio climático, la explosión demográfica y la desigualdad extrema. Esos retos, por otra parte, se ganarán o se perderán en las ciudades puesto que ellas son las principales generadoras de desequilibrio ambiental (consumo de agua, contaminación de aire, agua y suelos), donde se concentra, aceleradamente, la población del planeta y son también los lugares donde poner en marcha políticas de lucha contra la desigualdad (sin necesidad de esperar los deseables cambios en la gobernanza global). Las ciudades son, a la vez, problema y solución.
En cuanto al momento en que nos encontramos de ese cambio de paradigma, McInroy citó una frase de Churchill para decir que estamos al final del inicio de ese cambio y no, al inicio de su final. Es decir, tenemos mucho camino de exploración e incertidumbre todavía por delante.
Cambios para el desarrollo económico de las ciudades
La sesión se celebraba bajo el título de "Nuevos enfoques para el desarrollo económico local" y, de los tres retos apuntados, se centró en el de la reducción de las desigualdades y en los cambios económicos que se pueden producir en y desde las ciudades.
La situación se planteó como que, tras la desindustrialización, se necesita abordar la pobreza (sí, aunque suene sorprendente a los lectores latinoamericanos, la pobreza de amplias capas de la población es también una realidad en Europa) añadiendo nuevos enfoques al desarrollo local. McInroy dijo que la economía no funciona para la gente. Que, si hacemos el esfuerzo de mirar dónde se encuentra la riqueza, veremos que la riqueza se escurre entre los dedos de las ciudades y de los países para concentrarse en un grupo de grandes poderes económicos. Es necesario fijar la riqueza en los lugares donde se produce si se quiere parar y revertir el proceso de empobrecimiento de capas crecientes de la población mundial. Dijo también que es imperativo separar al poder político del económico.
Neil McInroyNecesitamos una nueva economía que aporte una mirada distinta a los procesos económicos. Una economía que aborde los grandes problemas del planeta; es decir, la pobreza y las emisiones de gases de efecto invernadero. Una nueva economía que no mida los resultados exclusivamente por el PIB de los países sino que añada indicadores que reflejen aspectos como la felicidad o la resiliencia de esa economía. Una nueva economía en la que se compita en valor social generado, en empleos creados o en mejora del medio ambiente y no solo en precio.
El nuevo rol de las municipalidades
Boyd Cohen introdujo una mirada hacia unas ciudades del postcapitalismo en las que aparecen monedas alternativas (Barcelona introducirá la suya en 2017) y el consumo compartido. Se imagina a las municipalidades ya no como prestadoras de servicios sino como responsables de una red de actores que prestan los servicios ciudadanos.
Afirma Cohen que los estados están demasiado alejados de los ciudadanos y no tienen empatía con ellos. Esa empatía es la que pueden ofrecer las ciudades y por eso vemos cómo el nivel local de los países va ganando relevancia frente a los estados. Un buen ejemplo de esta realidad desde Europa sería la voz de las ciudades que se han organizado para acoger refugiados frente a la opinión de sus propios países y de la Unión Europea que pretenden blindar sus fronteras para que no entren.
Pilar Conesa, una de las expertas invitadas a la sesión, apuntó que parecía detectarse una tendencia que reforzaría el argumento de Cohen. En esa tendencia cada vez más ciudades son gobernadas por la izquierda, más próxima a las personas, a sus necesidades y preocupaciones cotidianas, a la vez que los países son gobernados, de forma creciente, por la derecha.
En esta dinámica de cambio, McInroy apuntó que el rol de las municipalidades es el de ayudar a la cudadanía a organizarse y a generar nuevas iniciativas (sociales y económicas). Que se debe avanzar en la transversalidad de las políticas (pierden sentido las políticas urbanísticas o las sociales o las económicas de forma independiente de las demás). Esto último, de nuevo, es mucho más realizable a nivel local que a nivel nacional (probablemente, porque esa transversalidad estará guiada por la resolución de necesidades concretas cuya solución, requerirá la aportación de distintos ámbitos del municipio en colaboración con los demás).
Nuevos conceptos, nuevos vectores para el desarrollo
Cohen dijo que la multiplicación de iniciativas de economía social forman parte de la exploración de un nuevo sistema económico que está por llegar en el que la innovación y los emprendedores son dos de las principales vías de descubrimiento de nuevas oportunidades de desarrollo.
Habló de la evolución que están sufirendo dos conceptos: del PPP al PPPPP (Private Public People Professor Partnership) como indicativo de muchos de los nuevos proyectos que surgen, cada día más colaborativos y con cada día más actores involucrados en los mismos. De los fablabs (esos talleres de fabricación digital a disposición de los ciudadanos) se dijo que pueden ser un ejemplo que apunta a que se fabrique en la ciudad todo lo que se consuma en ella. El otro concepto que evoluciona es el de STEM (Science-Technology-Engineering-Mathematics) que avanza hacia el ESTEAM (Entrepreneurship-Science-Technology-Engineering-Arts-Mathematics). En ese punto nos comentó una encuesta que acaba de llevar a cabo entre directivos de empresas tecnológicas asistentes al Smart City Congress de Barcelona de la semana anterior a los que preguntaban ¿qué es lo que le hace feliz en su ciudad?. Ninguno de ellos mencionó a la tecnología. El factor humano y el conocimiento en sentido amplio están cobrando un rol cada día más destacado en las cuestiones que tienen que ver con la ciudad.
Boyd Cohen en una presentación TEDMcInroy nos planteó la posibilidad de que la pobreza fuera un vector para la innovación. Puesto que los bancos no fijan la riqueza en el lugar donde se produce sino que la derivan a otros lugares, debemos pensar en formas de fijar esa riqueza localmente. Y eso es lo que hacen las monedas alternativas o lo que hacen también las cooperativas de crédito o las cajas locales de ahorro. En ese sentido, afirmó que no nos sirve que aterrice un fondo de inversión y cree puestos de trabajo porque la riqueza que se genere va a huir del territorio. Propuso plantearse cómo reorganizaríamos Barcelona en el caso de que desapareciera el crecimiento.
Cohen dijo que nadie quiere parecerse, hoy día, a Silicon Valley puesto que es la antítesis de la ciudad (las tecnologías que allí se han estado produciendo han enriquecido a los inversores y han creado puestos de trabajo de producción en terceros países, pero no han creado riqueza entre la población local). Como estrategias de impulso de la tecnología y de la innovación propuso la compra innovadora, los presupuestos participativos o la economía circular. Dijo también que los inmigrantes son una riqueza puesto que aportan distintas formas de ver las cosas y, por lo tanto, pueden contribuir a generar soluciones distintas para los problemas. Afirmó que la innovación se produce en las ciudades y que así ocurre también en las ciudades de los países en desarrollo. En ese sentido, recordó que algunas de las grandes innovaciones hoy utilizadas en las ciudades del mundo han salido de ciudades latinoamericanas como son los Presupuestos Participativos (Porto Alegre), el Bus Rapid Transport (Curitiba) o el Metrocable (Medellín).
Reflexiones finales
Al hilo de esta última reflexión de Boyd Cohen, se me ocurrió pensar que quizá las ciudades latinoamericanas tienen una ventaja frente a las europeas para el cambio que se avecina. La menor consolidación de las administraciones locales puede ser un aspecto que facilite la aparición de formas originales de cooperación con otros actores frente a las ciudades europeas, mucho más encorsetadas por leyes, reglamentos, ordenanzas, procedimientos y, desde luego, por los hábitos y las tradiciones.
También se me pasó por la cabeza que los movimientos políticos de izquierda de reciente aparición en Europa pueden aportar una informalidad (con menos ideas preconcebidas) de la que carecen los partidos tradicionales, y que eso puede ser un factor de innovación, junto al "saber hacer" de los partidos tradicionales, para generar soluciones innovadoras si ambas partes son capaces de comprender el reto al que se enfrentan y la oportunidad que les ofrece la posibilidad de combinar sus respectivos activos.
En cualquier caso, seguro que, por una u otra vía, seguiremos en una época de cambios que va a ir configurando el sistema económico global del futuro. ¡Mejor participar en los cambios y contribuir a construir ese futuro que quedarse a la espera y sufrir pasivamente los cambios que vengan!
Aquí puedes leer mi anterior artículo sobre el tema Municipalidad y economía local.